Con la primavera en pleno apogeo nuestras plantas necesitan estar bien alimentadas. Así aseguramos un mejor aspecto y que las floraciones duren más tiempo y sean más potentes.
Los ingredientes de los abonos.
Hay que distinguir tres grupos:
– Los primarios: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K).
– Secundarios: Azufre (S), Calcio (Ca) y Magnesio (Mg)
– Microelementos: Boro (B), Cobre (Cu), Hierro (Fe), Manganeso (Mn), Molibdeno (Mb) y el Zinc (Zn).
Los que son imprescindibles y deberían estar en todos los abonos son el N, P y K, los demás los consumen las plantas en menor cantidad. Las proporciones de estos nutrientes serán lo que les haga específicos para plantas de flor o para plantas verdes. Los abonos altos en N, se utilizan para plantas verdes, si lo utilizas en plantas de flor conseguirás que se desarrolle la planta pero no de apenas flores.
¿Abonos líquidos o sólidos?
Partiendo de la idea de que ambos tienen la misma función, alimentar a las plantas, el utilizar un formato u otro va a depender de la comodidad de cada persona o de la disponibilidad de tiempo.
Los abonos líquidos en principio son asimilados más rápidamente por las plantas, ya que llegan a las raíces enseguida. Su aplicación es más rápida y quizás sea la más fácil para muchas personas. Pero como la cantidad de nutrientes que aportan es menor, su aplicación hay que repetirla más a menudo.
Con los abonos sólidos, la dosificación de nutrientes es más precisa y su formato permite crear abonos de liberación lenta, por lo que podemos aplicarlos cada tres meses al principio de cada temporada por ejemplo.
¿Abonos minerales u orgánicos?
La mejor solución es combinarlos pues cada uno actúa de una manera:
Abonos minerales: aportan los nutrientes en proporciones adecuadas a cada momento del crecimiento de la planta.
Fertilizante orgánico: lo que conseguimos con ellos es mejorar la estructura del sustrato, aumentan la retención del agua y a la vez facilita la aireación del mismo.
El Abonado de las plantas de interior.
Al tener una cantidad de sustrato limitada hay que repetir la aplicación de los fertilizantes cada 15 días (aunque siempre hay que leer las recomendaciones de cada marca).
Lo último en llegar: los micorrizas.
Las micorrizas (del griego myces, hongo y rhiza, raíz) representan la asociación entre algunos hongos (micobiontes) y las raíces de las plantas (fitobiontes). En resumen se trata de crear simbiosis entre ciertos hongos y plantas a través de las raíces de éstas, de manera que se benefician ambas partes.
La planta le proporciona al hongo carbohidratos que obtiene de su proceso de fotosíntesis y un microhábitat para completar su ciclo de vida. El hongo estimula el desarrollo de las raíces y de la parte exterior de las plantas al favorecer una mejor captación de agua y nutrientes minerales, estimula la actividad microbiana del suelo fortaleciendo así a ambas partes.
Y no es incompatible con el uso de abonos, lo que no es recomendable es mezclar el uso de fitosanitarios fungicidas con el de micorrizas, hay que estar atentos a las instrucciones del fabricante.
¿Cuando hay que abonar?
En primavera y en otoño, cuando llega el invierno, hacemos un descanso hasta que llegue la primavera. Y en los meses de mucho calor, también dejamos descansar a las plantas. Aun que hay que tener en cuenta el clima de cada zona.
Fotos: Pixabay y Freepik